Relatos – Pena Moderna

Pena Moderna

Por Neo ©  Copyright 2009

1° Parte

Steph Targanel era una joven recién graduada de su MBA. Iba camino a una entrevista de trabajo para una empresa llamada CellFuture, que era contratista del gobierno y sus actividades se mantenían en secreto, aunque ella sabía que brindaban alguna clase de servicios penitenciarios.

Tenía dudas sobre el empleo, pero el sueldo era tan excepcional que no podía rechazarlo. Esta era la última entrevista y, de acuerdo con la Sra. Mayer su entrevistadora, le había ido muy bien. La Sra. Mayer era la jefa de personal, parecía ser una mujer muy estricta y Steph se estaba postulando para ser su asistente.

«Bueno,» dijo la Sra. Mayer, «como ud. sabe, hemos llegado al final del proceso de contratación. Nos pondremos en contacto con usted lo antes posible. Gracias por haberse postulado para el trabajo».

Unos días más tarde la llamaron. Steph ya  tenía trabajo!  Firmó su contrato y lo entregó.

Antes de asumir su papel en la empresa, tuvo que comenzar con un mes de entrenamiento en una de las instalaciones de la empresa, éste consistía en experimentar temporalmente lo que los prisioneros del sistema penitenciario brindado por la empresa CellFuture vivían.

Esta idea no asustó a Steph, ya que ella siempre había tenido tendencia de sumisa, y ser tratada como prisionera durante un mes le parecía excitante.

Llegó el primer día y Steph viajó a las instalaciones en su auto convertible, éstas quedaban en un lugar apartado y le llevó todo el día llegar hasta allí. Sin embargo no le resultó para nada tedioso, ya que el paisaje montañoso y el clima otoñal lo hacían agradable. Finalmente llegó al primer check Point,  pasó presentando su credencial. Los guardias de seguridad habían sido informados previamente y le trataron con toda amabilidad, siendo que ella ahora era miembro de CellFuture. Cientos de metros dentro del predio, vió el edificio, que parecía más una especie de búnker. No había detalles que indicaran que era una prisión.

Estacionó su coche y se dirigió a la puerta de ingreso. Desde el exterior el edificio de hormigón era casi invisible ya que apenas sobresalía del suelo, pues gran parte estaba bajo tierra.

Una vez dentro, paso por varios controles de ingreso, todos ellos custodiados por mujeres agentes de CellFuture. Finalmente llegó a la oficina de la Directora.

“Usted debe ser Stephanie, encantada, soy la Directora de este servicio”, dijo la mujer, que era muy alta.

“Como usted sabrá – prosiguió – el entrenamiento inicial para CellFuture incluye  un mes de estadía aquí, donde será tratada en calidad de prisionera para que conozca a fondo el sistema penitenciario que manejamos”.

“Si se está preguntando, todos los gerentes han pasado por este “curso”, incluyéndome. Será tratada igual que las demás reclusas, con la excepción de que el requerimiento de depilación completa no será obligatorio”.

“Como usted sabe CellFuture implica un castigo intensivo para lo reclusos y su objetivo es el de eliminar cualquier pensamiento de transgresión en las mentes individuales y como es intensivo, es más corto y por lo tanto tiene menor costo para el gobierno. Se trata de un nuevo programa que ha sido estudiado científicamente y su índice de éxito es completo”. Continuó la mujer.

“En estas instalaciones solo hay reclusas mujeres por una cuestión práctica. ¿Aún quiere aceptar este trabajo?. Esta es su última oportunidad de renunciar antes del próximo mes” Dijo con voz Firme la directora.

“Seguro!”, respondió Steph.

“Entonces, serás liberada en 30 días”.

Steph tembló. Era el punto de no retorno, entendió que ya era tarde para dudar cuando la puerta se abrió y dos guardias ingresaron a la oficina y se pararon a su lado.

“Llévenla, procésenla como aprendíz de la compañía”.

“Entendido Sra” respondió una de ellas.

Una guardia tomó los brazos de Steph y los sostuvo firmemente por detrás  La otra tomó un par de esposas de su cinto y se las colocó. Al oir el click metálico, Steph supo  que ahora ya era una prisionera más, al menos por un mes. Luego un collar metálico fue colocado en su cuello y una cadena unida al mismo sirvió para guiarla. Fue sacada de la oficina a tirones lo que la hizo sentirse humillada, pero no dijo nada, ya que sabía que era parte del contrato.

Siguió a sus captoras por el corredor y la ingresaron a una habitación amplia.

Una de las guardias cerró la puerta y se quedó custodiando afuera y la otra ató la cadena a una argolla en la pared. Luego le quitó las esposas.

Le ordenaron desnudarse , a lo cual Steph no se resistió.

Una vez desnuda, la guardia le dió una botella de gel de baño. De la pared donde estaba parada Steph comenzaron a salir duchas de agua caliente que le encantaron. Luego de la su  ducha, el agua se detuvo sola y la guardia le aplicó otro gel en el vello púbico y en la cola. Enseguida volvió a salir el agua y el efecto del gel no se hizo esperar, ahora Steph estaba  completamente depilada en su entrepierna.

“Como recluta, se te permitirá conservar el cabello”, este es tu único privilegio en comparación a los demás”, explicó la guardia. Por favor ponga sus muñecas por detrás de su espalda.

Steph cumplió la instrucción y nuevamente sintió las esposas. Le cortaron un poco el cabello y a continuación le fue colocada cuidadosamente una especie de gorra para nadar de latex en la cabeza. Luego la llevaron a otro extremo del recinto y ataron su cadena a una argolla en la pared. Le ordenaron esperar.

La puerta se abrió y Steph vió a otro par de guardias que ingresaban con una prisionera, quien  estaba completamente desnuda y esposada como ella. La colocaron en las duchas y repitieron el proceso que había pasado Steph hacía unos momentos. Salvo que en este caso, la prisionera quedo completamente depilada de pies a cabeza. Steph sintió lástima por ella y se dió cuenta de cuan valiosa era la excepción que le habían permitido por ser una nueva recluta.

Luego, la prisionera fue conducida donde estaba Steph y su cadenas atada a la misma argolla en la pared que ella.

Una guardia se acercó con dos cajas y una pequeña botella en sus manos. Se colocó un par de guantes de latex y aplicó un poco del gel de la botella en su mano. A continuación comenzó a frotrarlo contra el cuerpo de Steph del cuello a los pies, untándola completamente con el. Era resbaloso y Steph se sintió excitada por la sensación de ser lubricada.

“Es gel de silicona. Facilitará el próximo paso de su vestimenta como prisioneras”. Explicó la guardia.

El mismo tratamiento fue aplicado a la otra cautiva. Ahora la piel de ambas brillaba por el efecto del gel. A continuación, la guardia sacó de una de las cajas un material doblado que parecía alguna clase de prenda, totalmente negro.

“Srita Targanel, ud. es ahora N° A493, éste será su uniforme de prisionera  Lo llevará puesto por el tiempo que permanezca aquí. Será mejor que no se oponga, de lo contrario se le aplicarán sanciones adicionales. Entienda que ud. no posee más derechos que los de cualquier otra prisionera.

Steph no tenía opciones. La guardia colocó el uniforme a sus pies y lentamente lo subió por sus piernas hasta que llego a la entrepierna. Steph vió que el traje era de latex, increiblemente ajustado, pero el gel lubricante facilitaba mucho la tarea.

“Debo insertarle dos protectores, relájese.” dijo la guardia.

La mujer se aplicó un poco mas de gel en los guantes y presentó su dedo junto frente al ano de Steph. Ella solo había tenido algunas experiencias con juegos anales y no estaba cómoda con  lo que le estaba sucediendo, pero sabiendo que no tenía muchas opciones, trató de relajarse.

El dedo lentamente penetró su ano, y esta sensación inusual la hizo gemir. El dedo lubrico cuidadosamente su esfinter. Entonces Steph sintió su recto penetrado por un protector de latex a modo de preservativo. El dedo colocó hábilmente en posición el protector y se retiró lentamente. El esfinter de Steph se contrajo, sujetándolo e impidiendo que se saliera.

Sorpresivamente, este vergonzoso predicamento la excitó mas, lo que produjo que su vagina se mojara totalmente, entonces entendió por qué el protector anal era colocado primero. A continuación, la guardia separó los labios vaginales de Steph e insertó con toda facilidad el otro protector en su vagina

Antes de que pudiera comprender todo esto, la guardia continuó vistiéndola. El traje se fue colocando en su lugar. Le quitaron las esposas para poder pasar las mangas. Al llegar sus manos al final de cada manga se dió cuenta de que en los extremos no había guantes sino mitones, que le impedían usar los dedos. Luego ataron sus mitones por la espalda y fijaron las esposas. Ahora Steph no tenía forma de soltarse.

Le quitaron el collar y su cabeza fue enfundada en una mascara de latex con orificios para los ojos, boca y orificios nasales.

Finalmente subieron el cierre por la espalda sellándola dentro. Luego Steph sintió que le colocaban trabas en los tobillos, codos y cuello. Para terminar su “vestimenta”, la guardia forzó un mordillo de goma parecido a una boquilla de snorkel, sellando su boca.

Al mismo tiempo, la otra guardia había preparado de igual forma a la otra prisionera. Al terminar, ambas se veían idénticas

“Puedes ver que ahora estas completamente sellada en latex, espero que te acostumbres a eso, ya que no usaras nada mas mientras este aquí. Seguirás un tratamiento experimental que te hará mucho mas dócil.”, dijo la segunda guardia a la prisionera.

Otra guardia llegó con dos dispositivos adicionales que Steph reconoció al instante. Un cinturón de castidad de acero recubierto, un dildo y un tapón anal.

Le colocaron el cinturón de castidad y lo fijaron con trabas, luego Steph sintió una presión en su ano, su reacción fue contraerlo, pero no había forma de detenerlo, el tapón anal fue penetrando de a poco hasta quedar en posición, retenido por su esfinter y dilatando su recto.

A la otra prisionera le ocurrió lo mismo. A estas alturas Steph no podía ocultar la excitación sexual que sentía.

Luego, la guardia abrió los labios vaginales de Steph y le insertó lentamente un dildo. Dado el estado de excitación que ya tenía, Steph aceptó al segundo intruso sin reparos.

A continuación, la guardia trabó el cinturón de castidad de manera que tanto el dildo como el tapón anal quedaron insertados y contenidos por éste, haciendo imposible su expulsión.

Steph nunca había sido doblemente penetrada, y esta nueva sensación de “completitud”, muy pronto disparó en ella un violento orgasmo. De no ser porque la guardia estaba allí para sujetarla firmemente, hubiese caído al piso. Steph oyó un click metálico mas al ser sus mitones sujetos a su cinturón de castidad por detrás y se sintió definitivamente desahuciada , preguntándose como es que había llegado a esta situación, enfundada de pies a cabeza en latex, con sus orificios invadidos por objetos fálicos y restringida de moverse por ataduras.

La guardia unió con una cadena los collares de ambas prisioneras y les ordenó caminar. Finalmente llegaron a una puerta y fueron dejadas dentro de una celda de hormigón cuyas paredes y piso estaban cubiertas por latex.

“Ambas estarán recluidas aquí durante la noche”. Dijo la guardia.

La puerta se cerró y ambas prisioneras se miraron, sin poder creer lo que veían, una figura femenina enfundada en latex. Ambas estaban muy cansadas por todas las tensiones acumuladas durante las úlitmas horas y al mismo tiempo trataron de yacer en el piso para quedarse totalmente dormidas de inmediato.

La respiración de Steph era calma, su mente aun analizaba lo que había ocurrido. Trato de protestar pero sus ataduras eran demasiado efectivas y debió pasar las siguientes horas sexualmente excitada, completamente penetrada y sin posibilidades de liberación. Su lado sumiso tomó ventaja y sintió cómo un potente orgasmo crecía en su interior. Trató de mover los dildos pero no logró más que excitarse más. Podía sentir el dildo en su vagina presionando contra el tapón en su ano. Esta dualidad, nueva para ella, la volvió loca.

Entonces fue que sintió un tirón en su cuello y constató que su compañera de celda se estaba frotando contra sus ataduras. Vió en sus ojos y entendió que su compañera tambien estaba al borde de un poderoso orgasmo. Ambas mujeres llegaron al climax al mismo tiempo, y gemidos acompañados de espasmos de placer se dejaron oir. Las dos quedaron exhaustas y cayeron dormidas de inmediato.


2° Parte

Steph se despertó durante la noche, estaba en total oscuridad pero pronto comprendió qué la había despertado. Sintió suaves vibraciones provenientes del tapón anal, eran suaves, pero lo suficiente como para despertarla debido a lo sensible de esa zona. Se sintió molesta, ya que estaba cansada y quería dormir. Las vibraciones se detuvieron, se sintió aliviada y oyó un gemido de satisfacción a su lado, lo que significaba que su compañera tambien sentía lo mismo.

Estaba a punto de volverse a dormir cuando su tapón anal comenzó a vibrar de nuevo, pero esta vez mas intensamente. Steph trató de de ignorarlo, pero pronto se dió cuneta de que era imposible. Sintió tirones de la cadena que tenía al cuello  lo que indicaba que su compañera tambien estaba despierta. Súbitamente la vibración se detuvo, entonces su cuerpo se relajó, pero su mente se mantuvo alerta, en guardia, esperando que aquel intruso anal comenzara a vibrar nuevamente. Su atención puesta en su esfinter le hizo notar cuan llena y dilatada se sentía.

Pronto Steph sintió nuevas vibraciones provenientes del dildo en su vagina. Instintivamente trató de cerrar las piernas pero la barra rígida que unía sus tobillos se lo impedía. Al tiempo que luchaba contra sus ataduras, el tapón anal comenzó a vibrar de nuevo. Ahora ambos intrusos enviaban oleadas de estímulos a su mente. Steph estaba completamente despierta y sus sentidos en alerta.

Una vez más, un tirón en su collar le comunicó que su compañera se movía. De repente sintió el contacto en sus pezones. Su reflejo fue el de apartarse, pero pronto se dió de que su compañera simplemente había rodado sobre ella. Sintió sus gemidos y estaban muy cerca, de hecho podía oirle la respiración acentuada por la restricción que imponían los orificios en la mascara de latex que llevaban.

Steph se sorprendió a si misma al ver que en vez de alejarse se acercó a su compañera. No tenía experiencia con mujeres, pero ver, oir y sentir a ese cuerpo enfundado en latex, pasando los mismos tormentos que ella la excitaron. Sus cuerpos entraron en contacto nuevamente, sus pezones de latex se frotaban mutuamente, Steph nunca en su vida había estado tan excitada.

Por una fracción de segundo su mente se shockeó por el pensamiento de lo que estaba haciendo, pero instantáneamente ambos intrusos comenzaron a vibrar intensamente. Su entrepierna, su vagina y su ano eran ahora lo único en su mente. Su compañera estaba igualmente excitada, la respiración de ambas al unísono indicaba que estaban camino a un orgasmo inmenso.

De repente, sintió una presión adicional en su vagina que empujaba el dildo hacia adentro aun más, si es que eso era posible. Steph supuso que su compañera se estaba frotando contra ella. este fue el disparador del climax. Steph sintió que su cuerpo se ponía rígido, sobrecogido por violentas oleadas de placer, que duró unos segundos interminables y al cabo de eso, oyó los gemidos intensos de su compañera llegando tambien al climax, lo que disparó en Steph una nueva oleada de excitación. Sintió contracciones musculares involuntarias, su esfinter cerrándose sobre el tapón anal, sus brazos y piernas tensando las ataduras.

Ambas prisioneras temblando y sacudiéndose espasmódicamente a pesar se estar tan restringidas de moverse. Luego las vibraciones fueron deteniéndose de a poco al tiempo que Steph suspiraba de alivio.

Cuando los dildos se detuvieron del todo, se sintió exhausta. Nunca había experimentado semejantes orgasmos. Su respiración aun no se había normalizado y ambas estaban tratando de calmarse. Al pasar los minutos fueron normalizando su ritmo hasta que sus mentes se rindieron y cayeron dormidas profundamente. El silencio volvió a reinar en la celda.

En alguna parte de las instalaciones, la computadora de control principal, programaba el inicio y fin de las sesiones de estimulo. Ahora eran la 1:46 AM y la siguiente sesión estaba programada para las 7:00 AM,

Pasaron las horas y desde lo profundo de su mente, Steph sintió su esfinter anal contrayéndose otra vez. Se debía a que el tapón nuevamente había empezado a vibrar. Trató de ignorarlo pero fue incrementando su intensidad. Tambien oyó los gemidos de A494, atenuados por el mordillo que llevaban en la boca. Las luces de la celda se encendieron y A494 comenzó a moverse.

A estas alturas, Steph se entregó al estado de vigilia. Sabía que el tiempo de dormir había terminado. Pensó de nuevo en su situación, atada en una celda, encadenada a su compañera, cubiertas totalmente en latex y penetradas por dildos. Muy a su pesar, el sentimiento de estar indefensa la excitaba. Un orgasmo de proporciones se empezaba a gestar en ella, cuando el dildo vaginal emprezó a vibrar fuertemente, lo que disparó el climax. Sintió su cuerpo nuevamente ponerse rígido. Yaciendo en el piso, oyó a su compañera A494 experimentando locamente la misma llamada para despertarse. Al final, ambas en el piso respiraban agitadas..

La puerta de la celda se abrió violentamente y entraron dos guardias, quienes soltaron la cadena que unía a ambas prisioneras.

“Párense ahora” Ordenó la guardia.

Steph y A494, obedecieron de inmediato, ya que oponerse era inútil.

“El sistema de cámaras mostró que ambas tuvieron interacción de tipo sexual durante el tratamiento de anoche. Si no lo sabían se los advierto ahora. No está permitida ninguna interacción ni acercamiento físico entre prisioneras. Por hoy será solo una advertencia, pero no habrá otra, directamente se les aplicarán las medidas correctivas. Créanme, uds. no querrán pasar por eso.” Dijo terminante la guardia.

Steph y A494 fueron sacadas al pasillo y conducidas por las guardias, quienes caminaban una por delante y otra por detrás de ellas. Steph vió que otras prisioneras eran llevadas de igual forma por el mismo pasillo. Todas vestidas de igual forma, catsuit y máscara de latex y atadas de igual forma. Esta escena le resultó muy erótica y le llamó la atención cuán disciplinadas eran las prisioneras.

“El tratamiento psicológico de CellFuture parece cumplir muy bien con su objetivo”. Pensó Steph.

El pequeño grupo de prisioneras fue conducido a una gran habitación, cuyas paredes eran de concreto y en el medio tenía dos largas mesas de acero con asientos enterizos. Cerca de 50 prisioneras estaban ya sentadas frente a frente y eran supervisadas por múltiples guardias. Todas tenían un pequeño tubo que bajaba del techo y estaba inserto en el mordillo de goma.

“Esté es el comedor. La mayoría de las veces se les darán tres comidas diarias. Es una dieta líquida que pueden succionar a través del mordillo que llevan en la boca. Sabe bien, pero más importante aún, contiene ingredientes nutritivos para mantenerlas en forma. Siéntense!!” Explicó la guardia al grupo de prisioneras.

A494 y A493 (Steph), se sentaron lado a lado, aun unidas por la cadena. Una vez en posición, Steph no necesitó recordar que llevaba un tapón anal, ya que estando sentada se le insertaba aun mas. Pasó una guardia, bajando los tubos e insertándolos en los mordillos de las prisioneras. Steph, comenzó a succionar y pronto un líquido viscoso fluyó a su boca. Ciertamente sabía bien, parecí a una mezcla de frutas licuadas.

Luego de un rato, Steph y las otras ya habían succionado toda su ración, entonces, las guardias procedieron a desconectar los tubos y conducirlas fuera del comedor.

De allí caminaron varios pasillos hasta arribar a otro salón que estaba completamente cubierto de azulejos blancos. A lo largo del salón había una docena de prisioneras paradas y encadenadas a la pared, separadas 2 metros entre ellas. Cada mujer tenía los preservativos protectores de latex colgando extendidos hacia afuera del ano y vagina, a modo de colector y unos tubos adosados a ellos iban a rejillas en el piso.

“Cada día, se les permitirá “vaciarse” de sus necesidades biológicas aquí. Los protectores de latex que llevan insertos en sus orificios permiten ser invertidos a modo de colector y tienen extremos abiertos que van conectados al sistema de drenajes. Todos los desechos son succionados por el drenaje y luego comienza un ciclo de lavado/secado que las dejará limpias.

A continuación se les colocará nuevamente lubricante para reinstalar los dildos.” Explicó la guardia.

Steph y sus compañeras fueron puestas contra la pared y encadenadas a ella.  Una guardia pasaba removiendo uno por uno los cinturones de castidad y los dildos. Al ocurrir esto, Steph sintió cómo su vagina y ano lentamente se contraían a su estado natural luego de haber estado penetrada durante horas.

Luego, otra guardia pasaba extrayendo los protectores de latex, dejándolos colgando hacia afuera a modo de colectores, entonces tomaba el extremo de cada uno y lo conectaba a un tubo de goma que iba al drenaje. A partir de ese momento, las prisioneras ya podían usarlos. Steph sintió alivio al poder descargar toda la orina que llevaba desde el día anterior.

Al cabo de un rato, comenzó el proceso de limpieza, una guardia pasó primero cambiando la conexión de tubos y Steph sintió como ingresaba a su vagina y recto agua tibia limpia a modo de enema., luego sintió un breve soplado con aire caliente y finalmente un chorro de lubricante que cubrió su vagina y recto.

A continuación una guardia pasó recolocando los protectores de  latex en su lugar.

Nuevamente fueron soltadas y conducidas a otro salón, en el que permanecieron junto a otras prisioneras, encadenadas a las paredes pero con cadenas mas largas, lo que les permitía moverse con mayor libertad. Estuvieron allí en silencio durante interminables horas. La razón de la tranquilidad era que no tenían puesto ningún dildo. Steph aprovechó ese tiempo para observar los atuendos y no pudo evitar sentir cierta atracción erótica hacia esas mujeres que, al igual que ellas, estaban enfundadas en trajes que acentuaban sus formas.

De repente una voz en altoparlante anunció que se pusieran de pie. Las prisioneras obedecieron de inmediato, luego entraron varas guardias y procedieron a atarlas de a dos con cadenas. A continuación fueron conducidas de nuevo al comedor. Ya era mediodía y el almuerzo transcurrió sin sucesos. La comida tenía un sabor distinto a la del desayuno. Al finalizar, fueron llevadas de nuevo al “Salón de espera”, donde habían estado antes.

Cada prisionera fue colocada contra la pared y encadenada a argollas que estaban a la altura del piso, lo que las obligaba a estar acostadas boca arriba.

Las ataduras que unían sus muñecas fueron sujetas a la pared y esto a su vez hacía que la barra que unía sus tobillos quedase mas cerca de la misma, obligándolas a flexionar las piernas que ya estaban abiertas.

“Soportarás una larga sesión hasta mañana. No te preocupes, se te dará tu cena”. Explicó la guardia a Steph.

La posición en que se encontraban Steph y las demás, dejaba claramente expuesta la entrepierna. Esta sensación de sometimiento excitó a Steph, quien sintió como su vagina se iba mojando y sus pezones se ponían firmes en respuesta.

Luego le fue colocado un cinturón y sintió unos dedos que tanteaban su ano. Al segundo de sentir la primera intrusión, sintió una penetración que dilató su esfinter anal, esa sensación correspondía a un gran tapón anal, más grande que el que había llevado puesto antes.

No tenía forma de zafarse de la situación con lo que aceptó su condición.

Toda esta actividad, y sentir la contracción de su esfinter sobre la gruesa base del tapón, dió

como resultado que se su vagina se mojara y su exitación sexual fuese incontenible.

Cuando la guardia le insertó el dildo en la vagina, Steph no puso evitar tener un orgasmo, que fue rápido, pero muy intenso. Luego el cinturón se cerró, sosteniendo los dildos en su lugar y previniendo que se pudiesen expulsar.

“Estoy frita” pensó Steph.

Todas las prisioneras que estaban allí fueron insertadas de la misma manera. Luego las guardias se retiraron del salón. Esta vez, no reinaba el silencio, sino un coro de gemidos y cadenas que se movían. Steph se sumó al “coro”. No podía moverse mucho más que levantar la cabeza, lo que le dejaba ver a las demás prisioneras. Unos minutos después, los dildos que tenía insertos comenzaron a vibrar. Trató de gritar, pero el mordillo de goma que tenía en la boca se lo impedía. De cualquier forma, luchar en contra era inútil.

El primer orgasmo le llego a los pocos minutos, aun a su pesar no podía contener la exitación que los vibradores le producían. Su ruidoso gemido disparó el de otras prisioneras.

La sensación del climax le duró mucho tiempo y una tras otra, oleadas de placer invadieron su mente. En algún momento, cayó exhausta y se durmió. Durante la tarde, pasó alternativamente por períodos de sueño y extremo cansancio seguidos de múltiples orgasmos.

La hora de la cena finalmente llegó. Esta vez, las guardias vinieron y colocaron botellones sobre soportes encima de cada prisionera y conectaron los tubos de goma entre éstos y los mordillos. Steph succionó su ración con rapidez ya que sentía hambre, luego se tantas horas de desgaste físico. Luego de la pausa para comer y unos minutos para relajarse, los botellones fueron retirados y las prisioneras nuevamente sometidas al tratamiento.

Steph y el resto pasaron toda la noche penetradas por dildos que vibraban a intervalos aleatorios, desatando orgasmos sin fin y haciéndolas dormir solo de a ratos.

La mañana llegó con las luces del salón. Steph había pasado la noche despertándose por orgasmos propios y ajenos. El sistema para despertarlas siempre era el mismo, los dildos vibradores. Se despertó pero aun se sentía cansada.

Entraron cuatro guardias, las desataron y las llevaron al salón comedor. Ya estando sentada Steph observó a las demás prisioneras, cada una parecía estar muy calma, aceptando esta la situación irreal. Aun después de transcurridas menos de 48 Hs de “tratamiento”, Steph sentía que había abandonado toda voluntad de rebelarse. Múltiples y poderosos orgasmos la habían puesto en un estado de paz y calma que nunca antes había experimentado.

Gromet´s Plaza – Latex Stories
Titulo Original “Modern Punishment I y II”
Neo ©  Copyright 2009

2 respuestas to “Relatos – Pena Moderna”

  1. Anónimo Says:

    […] […]

  2. Sex Shop Says:

    Muy buenoooo!!!!!!!!!!!!!!!!!!

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